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lunes, 13 de diciembre de 2010

Muero tiesa, quemada por la luz que atraviesa los árboles enojados, canto un último suspiro a la tierra que desearía obsequiarme la humedad que perdí en la oscuridad, vírgenes enamoradas, sáquenme de este timar continuo de las voces y de las risas, de lo humano y de lo que corroe la sangre y los vientres usados.
Yo no hago otra cosa más que perderme en tus ojos ligeros que me bautizan con el nombre de "Madre"... Quisiera agotar el dolor que cae como una gotera en el techo de tu cuarto, cada manchita de lágrima en tu rostro, así, encogido como un niño mendigo de madrugada. Como un corazón que sabe que debe estallar: arteria, sangre y amor. A nadie le creo de los monstruos tanto como a ti.
Como vez, amada ave color ocre, entrego mis dedos, mis córneas, entrego mi calma y el grito en el que logro babear pesadillas, te entrego ante todo este público que me observa ensanchando la boca, mi muerte tiesa, quemada..

Yorela B.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Es la última avenida.

¿Viste? Cruzamos con todo y esas manos que se estiraban por alcanzar nuestra piel. ¡Qué infinito te mirabas hoy! Y todo tú cubierto de la ligera sombra de mi cabello…

Tú sabes el secreto: hemos guardado nuestros labios para las avenidas pero las hojas nos cubren la boca ¡Hojas que poseen la soltura de nuestros labios!

Yo, como un dibujo en el espacio de tu casa, que es como una cueva cubierta de humo donde el frío queda bien para dos cuerpos que juran hambre. ¿No gustas beber el cielo de un copetón? Ya no se bebe, dices, se pasa el dedo por las nubes y se chupa como caramelo duro. Tú sabes, sabes el secreto que se enreda en cada una de mis vertebras. El que queda entre mis dientes como un buen trozo de carne. Ahora el Invierno, el Invierno cae, nos golpea de nuevo una vez más un año menos para ti uno más para mí y tengo hambre ¿qué más da?, quiero el hueco perfecto entre mi cabeza y tu hombro , tengo hambre como si me hiciera enorme y pudiera comerme el asfalto y nadie gritara de miedo al verme de tu mano. Una gigante de yeso y un hombre de madera.

Y aquél Otoño, no olvido el tiempo de esparcimiento, el modo en que eres como un espejo empañado; tu boca dibujada como en un papel y acuarela, escurrida inocencia que aún guardas bajo la axila, ahí queda todo el calor, cuando nos encojemos de hombros y sabemos que debe terminar la ausencia, comemos uno del otro y corremos a casa riendo una canción. Amando la última esquina.



Yorela B.

jueves, 28 de octubre de 2010

Solsticio


Soberbia dulce que cae de tus hombros
una angustia tremenda que acabó con el vibrar de mis brazos colgando de tu ausencia.
Un hambre profunda que perfora mis intestinos... y el alma, el ama siempre pide de más... Por eso me acostumbro.
Me tomo de la mano del camino... lugares recorridos casi con cada uno de los dedos de mis pies, las manos que salen de mis muslos, duras, secas
los ojos que nunca ven más que la piel tersa y brillante de tu espalda cansada

Escucho tus últimas palabras como si rozaran el papel, como si al momento de decirlas fueran absorbidas por las hojas, el suelo que nos traga poco a poco y todas esas miradas esforzadas por los tristes espectadores.

Yo no encuentro más. Si tus brazos se quiebran, se me cae todo el momento...
La risa que se encierra en el seno derecho, la mano tibia que descarga el sol sobre mis hombros
la boca siempre ahí, lista para tomarla en cualquier momento...
en todos lados se encuentra adherida a la nada como si fuese una mosca que hay que pescar
pido un momento para urdir nuestra piel
Tengo miedo del último reencuentro
ése donde deba tirar de tus cabellos para evitar lo seguramente inevitable del silencio humano
voy a arrancarte, seguramente
terriblemente
voy a arrancarte (¡lo juro!) la carne tan gastada que te cubre
mis dibujos en el vientre

No resistiré tal masa sobre mí
caeré al abismo más profundo y azul de tu cuerpo, fatigado y embadurnado de vida.


sábado, 9 de octubre de 2010

Decidida a atacar después de 11 veces de silencio… Tengo un disparo de luz roja para tus ojos, mis labios abiertos, listos para la ansiedad, hoscos de tanta ciudad. Cúbrelos. Una habitación donde el amarillo atraviese y cicatrice las paredes, un aire denso de humedad y besos que saben a lentitud profunda, suave melancolía pastosa, bocas que saben todas las palabras del mundo en voces que caen como cristales en el suelo desde una gran altura y se encierran en los patios para no salir jamás

La sangre a mi disposición; mis dedos se derriten al acercarse a tu espalda, se escurren entre la cama y el suelo y regresan justo a penetrar en las cañerías de mis huesos, gritan cielo, gritan una caída desde tus hombros tensos, tremendas sombras rabiosas, nada de piel, nada de linfa, sólo pelo y las estelas que cubren nuestro paso desnudo, convexos movimientos, amorfos brazos y mar entre los dientes… una pequeña manzana entre los muslos oxidada, plenitud esperando desde hace años tu última mordida.

Yorela B.

8-oct-10

viernes, 17 de septiembre de 2010

Ramas.. raíces... lodo

La calle luce anaranjada
los perros se notan cansados, viejos y cubiertos de sarna

Mi espalda está abierta y en ella se han clavado agujas en los pulmones
su alma se ha enterrado dentro de mi médula, me absorbe la vida y la visión
Y aunque yo quise en mi paladar saborear sus dedos hasta la náusea, me ha vencido su sabor de dama copulando con árboles y lombrices...

Mujer que te has vuelto una masa tibia, una raíz que se pudre con la tierra de tu hombre
ojalá que el día me evapore a tu boca.

Yorela B.

17-09-010

Fragmento Nina. " Capítulo I

¿Nina? Nina, despierta… ¡Nina!

Nina estaba con una frazada de papel aromatizado a lluvia, en una banqueta del parquecito “Los milagros”.

Despertó con la vista de humo y sus manos le dolían, la costilla derecha le palpitaba y sentía un hueco donde entraba agua.

La piel parecía haber absorbido la humedad de la banca de concreto.

Concreto mojado… siempre le había gustado lo mojado por el color que le daba a las cosas. La ropa se volvía de un tono más intenso, las piedras, el suelo, las ventanas y la piel.

Nina después de abrir los ojos de golpe de aire, volteó para buscar la persona que le había despertado a las 10 de la mañana en punto.

¿Diez de la mañana? ¿Cómo sabía que eran las diez de la mañana?

¿Cómo estaba tan segura de estar en el parque de Los milagros?

Se levantó por fin de la banca; “barco”, pensó en ese instante al ver el charco de agua a su lado… el piso estaba cubierto de las secuelas de las flores mojadas.

Ella temblaba de frío y sentía cómo se le colaba el aire por la espalda, como punzando sus vertebras… Olía bien...

Buscó los 10 pesos que había encontrado ayer mientras leía en el metro.

El metro siempre era bueno para leer. Le hacia pensar que todos estaban tras de ella leyendo y ella leía para todos, con solo mover los labios y sonreír.

Alguna vez se tiró al pasillo del metro a leer… sus pelos castaños (de astilla, como ella decía) se regaron en el vagón… Y ahí, sí que se sintió observada, era bueno, ahora si le ponían atención a uno de esos cuentitos de noche. Le arrojaron dinero y ella se levantó y se fue, dejando las monedas regadas…Excepto por una moneda de cinco que brillaba mucho.

_Café americano. Le salió la voz ronca.

La cafetería era uno de esos lugares que nadie puede dejar pasar, la verdad, habían muy pocas donde ella vivía, y para llegar a una verdaderamente concurrida, debía tomar un bus hasta Monarca, lugar que, después de todo, le encantaba.

La mesa le reflejaba la cara… parecía un lugar limpio y sus pies se sentían asustados, se arrugaban como si alguien estuviese haciéndoles cosquillas, primero estaban fríos y ahora el calor de la cafetería le enrollaba los pies.

El dueño limpiaba las tazas, su boca parecía dibujada, como una “n” y su papada brillaba, a Nina le gustó y sonrió dentro de la taza…

Imaginó como llegaba a casa el hombre “n”: Besaba a su esposa, con el todavía olor a café, y miraba el retrato de su madre muerta. Ella le cocinaba panes y papá hacia el café, él siempre se quemaba la lengua, eso era lo delicioso de la noche… después de ese recuerdo suspiraba y miraba al techo, besaba a su esposa y apagaba las luces… era entonces cuando su boca se hacia más “n”.

Luego llegó una muchachita, parecía arrastrar bolsas y bolsas pesadas, pero solo eran sus pies…

_Un chocolate frío.

Pidió con voz baja pero exigente. Pagó, se bajó la falda que tenía enrollada en la pierna, se acomodó el cabello y bebió, Nina escuchaba la respiración dentro del vaso. Como de un niño sediento.

Nina bebió los asientos del café y le miró los pies… imaginándolos como bolsas.

Luego se dio cuenta que la niña pies de bolsas la miraba iracunda.

_ Hola.-dijo Nina casi sonriendo, casi sin poder dejar de ver los pies de bolsas.

La niña pies de bolsas se volteó y salió de la cafetería. Nina pagó y le siguió.

Casi sentía tocarle el hombro cuando escuchó a lo lejos su nombre gritón:

_ ¡Nina! ¡Por fin te encuentro, hermanita! ¿Tienes fiebre? ¡Estás temblando!

(Pero era de emoción, te lo juro)

_ Estoy feliz de verte. ¿Vamos por una sopa caliente? Y no, creo que no hay fiebre.

Parecía que todo volvería a la normalidad. Una o dos noches Nina había dormido en la calle… había adoptado esa costumbre cuando una vez se quedó dormida en una banqueta, estaba ebria.

Nina vivía en casa de su hermana. O ambas vivían juntas o su hermana vivía en casa de Nina… Se sentaban a pensar eso de noche.

Esta noche no fue así.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Carta a "Satanás"


Anoche, la muerte se acurrucó a mi lado y le he pedido que se lleve mi cuerpo por las tardes, siempre y cuando te deje a mi lado unos tres años más.
Te vuelves una avecilla recién nacida entre las manos de un niño; yo soy las manos y el niño tu recuerdo de carros de hojalata.
Todo tu desplumado ... Tienes hambre siempre y yo todo el tiempo quiero acariciar tus alitas, pegarlas a donde éstas iban, creyendo que con palabras tersas se adherirán de nuevo...
¡ah! Ayer... qué bello ...te movías un tanto insano, una sonrisa convexa y una espalda que aún soporta mi suerte... indestructible piececita de ajedrez, te voy a ocultar en medio de mis senos, te voy a enterrar para llevarte como un dulce tumor, para no temerle a las noches.

Hoy comí pan de tristeza: luego llegó la niña morena que conocí hace poco, pero siempre me ha gustado; me quiso curar con un beso en la mejilla, pero no sirvió mucho puesto que ella pensaba en su novio que le corroía la piel.
Yo sé que te vas a quedar volando entre mis cielos y unas rejas de alambre, así, aunque tu pico se pudra y tus ojos se agusanen
vas a picotear mi cerebro para obligarme a respirar el mundo que tu dejaste empacado en una caja polvorea, enmohecida por las huellas húmedas, babosas, de tus hijos.

Ten cuidado, dices y yo te contesto : "No seas imbécil, te amo hasta que te agusanes"
"Sí, vamos, tengo hambre. Sed, miedo, náusea" ...
debí continuar balbuceando palabras para que tus ojos grises se mezclaran con mi piel, que es como un hígado bien cocido. Yo sólo busco tu boca roja ante cualquier río caudaloso de tus años, te acaricio el pelo y te suelto las alas sin más. con los ojos cubiertos de agua salina...
Me has prometido volver a anidar en mi espalda..

Yorela B.



miércoles, 8 de septiembre de 2010

Catarina.


No estoy buscando
tampoco esperando que de tu rostro caiga la lluvia
como siempre esperé de otras damas que se robaron mi cabeza

Yo no sabía que de tu boca saldría tanta dulzura como la de una mujer de pueblo
que jamás había
olisqueando las flores de ciudad
Eres como aire de invierno acariciando los cabellos
de la gente, dejando esbozos parecidos a hematomas en mi piel
la pureza con manchas oxidadas
el beso de un padre
Y yo
tan urgente de una sombra delicada con olor a canela
me desquito recorriendo con los ojos que me quedan
tan solo la mitad de tu rostro
eso es por que me detengo entre tu cuello y tus manos
hago un suspiro entre cada línea y la memorizo
por si algún día
cierto día
pueda borrarlas con solo emitir un sonido a tu oído
colorear tu sonrisa de ocre café nocturno
Usar tu par de piernas de canario que suben sin cansarse
tomarlas por sorpresa para no dejarme llevar por la corriente

Voy a mostrarte cómo las mujeres
se pintan el alma antes de mirarse al espejo
Veras qué distinta es tu boca mal dibujada al contacto con la mía
Te enseñaré a sentarte a la orilla de la cama
para que veas la delicia de la oscuridad
Podrás ver tu cuerpo adherido al mío sin tener que salir de tu casa
ni preocuparte por llorar nueve meses después o diez días antes

Pero
he olvidado decir que si bien podría encerrar el cielo raso en tu habitación
no he podido borrar la tinta roja que te cubre
siendo que yo ya te estaba cubriendo de azul...


Yorela B.



viernes, 13 de agosto de 2010

La calle

Ahora mismo, en esta cama, bajo esta piel
dentro de estas arterias que se han manchado de negra mañana
aparece un flujo que ablanda la boca y la vista
he sentido cómo se cuaja cada palabra entre mi garganta y el estómago
me ocurrió que al levantarme el mundo ya no parecía tan amplio y tibio como lo era en la noche

me faltaba una mujer de brazos tiernos y bañados de trigo
me hacía falta una sonrisa que me recordara preescolares
Quería que la cama fuera más baja, que el techo fuera más blanco y terso
Quería decir lo que no había dicho, pero la mano no se me movía más que para acariciar la panza
y más allá de las pilo-erecciones
se subía para excavar en los mejores rincones del silencio
humedecía el temblequeo de los labios
toda la carne pidiendo ser picada por agujas doradas
de repente el "más" mental y el cuerpo que parecía arañado como cuerda de jarana
como si fuera posible ... si fuera posible
Se que también después de tanto ocio y olores inconfundibles de tiempo-espacio
debo caminar para olvidarme del sabor a baba caliente
que se acumula entre las muelas para esperar el alimento

Buscar el hombre que me sonría siendo un blanco desaire
el polvo que nace del asfalto para morir en mi boca abierta que lee las novelas
busca los labios
busca la risa
y encuentra un grito estampado en los postes...


Yorela B.

viernes, 6 de agosto de 2010

Y después de todo, mi risa se ha vuelto como de un animal salvaje que no modula su voz
viene de más abajo del pecho, llena de agua y antes de llegar a la lengua se regresa para que la asfixie en tu boca.
Quiero poder despertarte besando el hueco de tu espalda, la laguna que hubo alguna vez de sudor.
Las mañanas van a perseguirnos todo el día hasta limpiarnos con las sábanas de noche
vamos a comer todo el día naranjas y melones por que queremos estar pegajosos y chupar nuestros dedos sin tener que lavarnos
vamos a lamer el suelo la cama los pies la ternura y la amargura, callaremos por la tarde para dejar que los niños y las aves lloren, es su turno de sufrir por el amor de su madre

y cuando te mires al espejo tendrás la piel de antier puesta y querrás salir a correr solo, deseando que fuera desnudo
para arrojarte al río y helarte los ojos
escuchar las campanas taladrando tu oído hasta sangrarle
Extrañar las noches llenas de piel ocre y el calor que cae en la cabeza para dejarnos atónitos ante el cielo que no es más que un montón de cabellos negros y un montón de humo de cigarro ...
Volver a la unión perfecta de la carne
de la arruga terrible
del ceño ridículo y la lágrima que se queda temblequeando en la madrugada
y seguir la charla ..
una
dos, tres veces, la boca dice:
sonoro
repito, sonoro.



miércoles, 28 de julio de 2010

Fragmento Nina. "

Hoy no puedo escribirte Rulo. Me has dicho cosas que yo no quería notar pero que estaban siempre en la recámara, bajo la cama, en mis sandalias, en el pecho.
Y es que hoy siento como si tuviese un vaso de agua que se derrama gota a gota en el pecho, que me deja disfrutar del estado de convalecencia por ratos, como si se tratara de respiros de crío.. Ojalá nunca te hayas sentido así, es horrible que después de estar tanto tiempo bebiéndonos ése dulce sabor, en un instante, al cambiar de posición, el agua se haya vuelto tan amarga.

Lloro por que seguro tu crees que podría dar la vida por Marth, por Oscar y siento que un mechón de cabellos me entra por los ojos y llega hasta mi vulva... Se estanca, se remueve, causa estimación y excitación... Rulo, en serio que te extraño entre la gente... Dijiste que no querías quedar como un ave mordisqueada por un gato, que ése gato era yo y que la suerte era así...
Pensé que terminaríamos llorando en algún café, o en alguna esquina y precisamente empezaría a llover... Pero terminamos haciendo el amor, de aquella forma- "la forma" - que siempre hemos terminado con la sábanas más excitadas que nosotros mismos, tu intentando endurecer aquél falo silenciado por anestesia propia, yo tan... tan. Tallando, intentando utilizar todo de pretexto para penetrarme con tu rodilla, con tus dedos,con tu lengua, con tu rosotro, sombra, estómago.
Te reíste de forma intranquila, nunca te había oído reír así... "Fue como si dos chicas hubieran hecho el amor"balbuceaste, no sè si llorando o con sueño..
Te levantaste y te rascaste la entrepierna, te metiste al baño y no oí ningún ruido de excreción.

Rulo yo sé que soy como una abeja estúpida que ha huido de la colmena que la apresaba, sé que no te recibo con los brazos tan abiertos como cuando llega Matías o Lori, pero es que te he extraviado tantas veces que me gustaría guardarte sin tocarte ni besarte en un cajón de mi ropa.
Sacaría todas mis blusas favoritas (que son como 3) y te metería ahí para mirarte diario y contarte como Mocho se ha mejorado de la panza y que ya come mejor, y que quizá si vuelva a Los Milagros y ,Rulo, que seguramente te he amado y sólo quería cubrirlo con pañuelos rosas deslavados, de faldas que no usé, de besos llenos de música ..."My funny valentine"....

Mi avecita semi muerta, no te vayas... necesito los apretones, las escaleras del metro, tu piel tan dura, tus dedos tan gruesos y deformados... mal nacido, maldito, te odio...

Ya no lloro, es como si el papel me hubiese lastimado los ojos para dejarme ciega por un rato, salí un momento para asomarme a la ventana y encontré con que Marth estaba corriendo con un cuchillo en la mano tras de un perro negro.

Mañana mismo regreso a Los Milagros, no aguanto un minuto más sin el pasto húmedo del parque....


Pd. Sé que te has ido a vivir a Imanes. No pienso ir a buscarte... ¿Nos veremos en el parque?

martes, 20 de julio de 2010

Eterno


Ya te veo ahí sentado, arrugado, en aquella silla
pegando los labios al muro, ritual que se debe a tu cautela de perderte en la noche
Y aunque mis pasos sean cortos y la calle esté profundamente somnolienta,
ante todo este escándalo de palpitaciones y vibraciones musculares
seguro me dejarán gritar tu nombre


Tú, tan atormentado por los prismas de la calle
y las bocas tan negras
reflejos de madrugada en las que el aire es menos denso
y en las sienes se siente una constipación maravillosa, sangre y luminosidad
déjame llevarte en la espalda como a un hermano muerto
darte un poco del agua que incendia la boca

Yo te voy a llevar a un sitio de enormes frutos abiertos
humedecidos
sin dentaduras
lenguas gatunas
destellos violáceos que te suavicen las pupilas
destinos salados sin mar, ni cielo
sólo tierra fría y negra
muros de sal que son como espaldas


para ti el golpe con mi rostro
las marcas de mi adolescencia

en tu tibia guarida penetrada por ti mismo
te han escrito versos en el cuerpo, pero ninguno te ha puesto
el que con mi boca te he sellado
que con el nudo perfecto hemos jurado darnos el mar sin necesidad de la tinta
que con los fragmentos de sueño,parecen disipar entre la neblina de pensamientos
enmarañados en tu cabeza, grises, limpios como niños.
Y aquí, ausentes de vida, amamos el silencio que queda entre las bocas
como gitanos ciegos bebiéndose la Luna



miércoles, 14 de julio de 2010

Pasos, pasillos.


Increíble cuánto tiempo se ha disuelto entre estos pisos
parece que la marea de nuestros cuerpos viejos se ha marchado lejos
para dar paso a nuevas olas llenas de escupitajos mentales
y carencia de gritos con dentaduras enormes
la paciencia entre los dedos de los pies
la ambrosía del nuevo mundo encerrado en el salón.

Ningún trozo de piel como el nuestro tan ensuciado de polvo y tinta
de yeso licuado
Las risas las vas coleccionando entre tus manos
las guardas en tus críos hambrientos diseñados para morir hasta el último anhelo de vida
no te guardes la mía, déjala ahí, entrelazada
en la punta de tus cabellos
en los días de sol y chamarras apretadas
sudores, bocas, sanitarios
lámparas que piden oscuridad

El apretado llanto y lanzar el último mordisco
esperando que fuera el último del día
para mañana saciar de nuevo la mirada
entre tanto espíritu del alcohol , tabaco
humo y papel mojado
Entre las 11 y las 12 30

Vayamos a observar una última llovizna
juntos
cerremos esas puertas hasta que las tiren a patadas
y estando dentro
riamos por última vez
con los dientes enredados



Yorela B.







viernes, 2 de julio de 2010

El último canto.

Tan lejos están las calles de mí, que ya no puedo contarles nada.
Los hombres negros se han pintado naranjas como las vírgenes
Sin querer hemos elegido dejar nuestros brazos colgantes y la cabeza baja
para que nos azoten con los caprichos de una niña de ojos claros
La sentencia densa, pegada como al asfalto y a la tierra grisácea de la ciudad
la espalda siempre como un escudo
los huesos jóvenes ya destazados por los vientos viejos.Publicar entrada
Las ventanas siguen tan abiertas como desde
antes de la vida
las aves cada vez más muertas, hastiadas de tanto poeta
se amontonan en cada rincón de mi alma
apretando
llenándolo de tanto susurro
antes blanco como la baba espumosa
y ahora el más amargo de los sepias

De igual forma
las amenazas continúan como voces incrédulas
el siempre marcado y remarcado
"Rodeada de tantos ojos, olores y pelos y a la vez tan sola con mi piel"
aparece en cada frente de los que rodean mi jaula
castidad enmohecida
y futura gente tan muerta como viva.

Ya no debo encontrar más palabras
después de tanto manoteo
y discurso inmune
empiezo a notar
que todos mis verdugos
se han quedado sordos.



Yorela B.

sábado, 26 de junio de 2010

espigas


La cama eterna cubierta de huellas azuladas
cualquier recuerdo que refiera
una sonrisa tersa , queda enterrada entre mi espalda
y tu pecho casi sin nombre
la mirada dulce de quien se ha castigado
se desborda hasta la punta de los dedos
el paso inmóvil
las calles
los gritos
las miradas y cualquier otro movimiento vano
se arranca de mis oídos, ojos necios
lengua enredada

sólo escuchar tu sabia palabra manchada de sangre falsa
de piernas necias
bocas flojas
miradas ruines y llantos encerrados en migajas de pan
No puedo mentirte;
detesto estar sin nuestro silencio
ocurre que después de esto
ninguno es tan preciso y tibio como el nuestro
ningún sabor es tan extravagante
y hasta sucio como el de tu boca
(ya está nueva, la otra quién sabe dónde la dejaste)

Lo único bueno de este nuevo silencio
es que puedo confesarte en las cosas
como si fueras el muro
el vaso
los niños
las miles de bocas temblando
como gotas de uno no se qué amargo


"tragate el tiempo, niña"
me han dicho tus ojos añiles

Y tú cómete mi mano
mi casa
mis zapatos
mis años en los que había estado tan muerta


...

Yorela. B

lunes, 7 de junio de 2010

plus ultra...

No podría callarles
incluso aunque no hablen
rompen el breve silencio entre las hojas
el aire
mi boca cortada
tan gris de hambruna
tan como tu la conoces
de izquierda a derecha
de abajo
hasta la vuelta de la esquina
calles rojizas
un baile oscuro que nunca haremos
semi desnudos en el baño sucio y tibio;
recuerdo de sus labios en ebullición
un tremendo grito espumoso
donde
pájaros negros
arrasen con tus dientes
con tu escaso cabello enredado
No hay que callarles
arrojemos el tiempo necesario
las luces anaranjadas
su viento
el sueño
su resaca matrimonial
absurda necedad para separar los muslos.

Tu ya vas escupiendo la muerte al final de mi espalda

le has dejado allí
por que crees que decidiré
cuando podrás volver
a posarte en mis ojos
sin sacarles brillo

lo importante es la aventura
entre las líneas más oscuras
lo importante es que no me falta nada
más que tu pedazo de lodo
entre los senos

lo importante va de aquí al tiempo
que nos dure la gente que nos de un bocado más

Un instante más
y el silencio será necesario.


Yorela B.

jueves, 27 de mayo de 2010

Pero Estela ni siquiera escuchaba el tintineo de la olla de café, estaba en uno de esos recuerdos que le vuelven a la mente cuando se para exactamente en la loseta número 13, la había contado una noche de insomnio por que era importante, por qué era importante. Es que allí Nina había hecho su tarea de secundaria, química y unos ácidos que le quemaron la falda y tuvo que usar un parche toda la semana, “me gusta, se ve de vagabundo”

Pero ese no era el recuerdo realmente, era un pedacito para ayudar a recordar… el recuerdo era… Por que Estela se sentía de nuevo con las faldas de colegiales y la cola de caballo y los frenillos. Aquella tarde que llovía y las faldas iban al aire, pero también se pegaban a las rodillas brillantes. El empujón al muro del edificio C y las señoras corriendo con bolsas llenas de legumbres y los perros temblando y los niños en charcos.
Ese fue un beso de cine americano, por que las gotas se les metían por la boca y les resbalaban por los dientes y Nina no ha comido, y son las cinco de la tarde, déjame ir … tengo examen mañana.

_ Deja te miro la carita.
Es que Rulo se parece tanto al beso americano

Después de soltarle la cara que había atrapado con las uñas, le miró con los ojos en plato y el cuchillo salió de la boca.
_ Vete.
_ Pero… ¿Estás bien?
Y lo sacó a empujones de la casa y Nina miraba desde la recámara, con la puerta entre abierta, mordiéndose las uñas.

domingo, 16 de mayo de 2010

Sales


Como el mismo aire que va recorriendo tu sudor

Con las mismas sombras que perseguí tras tu vuelco en las sábanas

Tras las mismas risas que pusiste en mis piernas

Antenas que buscan tu mórbida boca

¿Te gusta gritar mi nombre en el tuyo?

Ocultarlo del ruido que nos arranca las orejas, las narices

Y entre tanto lago y tanto mar purpúreo

Voy amando tu palabra casi trémula entre susurros

Cada día extraño más tus secretos

Extraño ése momento en que lloras, y te vuelves la princesa endemoniada

Una excéntrica que los dioses matan a cada segundo

Sentenciándose conmigo

A besar mis hombros

Sangrarles sin mí.

Ojalá pudiera yo sacarte de aquella espuma de risas

De tu baba que se escurre por tu barriga blanca

¡Blanca pesadilla! Caracol suave que chorrea en la boca de sal.

Ojalá puedas seguir siendo piedra y vidrio pulverizado con la lengua

Por que pienso seguir

Bebiendo todas las bestias de tu vientre

Y dejarme llevar por tu extravío de mares vomitados

Llévame fuera de mi sangre

Y haz el amor con mis desechos

sábado, 15 de mayo de 2010

Inicia la tarde en tu boca

Temible

Llena de cuentos viejos

Tierra de hombres desahuciados

Y yo quiero seguir buscándome en tu oscuro secreto

Buscar el sitio, el vergel más cubierto de mi humedad

Para que me lleves cerca del cuarto de tu muerte y me encierres

En una palabra

En un olor a sudor de infante

Voy a dejar que te lleves toda mi piel

Que te comas todas mis vertebras

hasta llegar a un mundo con bloques salados y ásperos

mientras podríamos empezar a vivir en la punta de los árboles

y que la gente suba la mirada al cielo

y nos ladren y hagan fiesta al vernos besar

esperar la madrugada fría

y hacer como parásitos

tanto desgarro

tanto llanto

tanta risa

que me deja pedir de más a tus manos

y el humo entre tus palabras necias

tremulas como tus dedos

mañanitas

rojas como tus mejillas

como la piel al descubierto

carne quemada

negra y de noche

Ojalá toda la vida sea este día.

domingo, 9 de mayo de 2010

Cómo me duelen los ojos después de recorrer tus labios
la noche se encierra en ellos
te la bebes toda como si fuese elixir de vida
y tienen un brillo monstruoso
casi diabólico y deforme

El frío también atiza mis ojos
y entre más me ciegan las manos que salen bajo de la cama
más extraño enterrarte vivo entre mis dientes

Pido clemencia absoluta para todas aquellas miradas
que sangran por romperte la camisa
y borrar todos los caminos de tu sonrisa que mueren en mi boca
tan unida
incluso barnizada
al beso
a los senos

Siempre dulce, efímero encuentro
que resbala de la baba del mundo
y recorre por fin
al fin
tu sombra
sin nuevos avisos,
si no frases
palabras que nos gritan al oído
por las noches
cuando estoy sola y estás tú también
y la carne nos llama lejos
se levanta la piel a andar
por las calles ya va como una loca ciega y
sin cuerpo


se encuentran

y se hacen en la calle, muriendo al final
en un charco de agua...

Yorela B.

jueves, 6 de mayo de 2010

Sofocante

Sofocante
silencio tremendo de ya no los labios
ya no de la boca
ni los dientes
ni de tus ojos
besos salados, tierra
piedras en la lengua

Yo quiero quedarme en el jardín
fresco de tu boca enorme
suave
frágil
cuando me mencionas
y dices que te da hambre
y gritas canciones con las aves
y yo te tomo con la mente
e imagino que fácil es penetrar tu piel con mi piel
nunca te dejo
aunque huyas
o te escondas bajo las sombras de tu casa
Yo suelo esconderme de tus palabras
admito que cuando dices
bésame
y volteas a ver al cielo
yo no sé a quién besar
ni a quién contarle de ti
o de mi sin tí
que ya es como Eterno
como tus piernas
que ya no logro ver
ni sé cuando dejé de sentirlas
olerlas
en todas las calles
en todos los patios grises
en todos los cuartos incandescentes

Yorela B.

viernes, 23 de abril de 2010

algunas personas nos miran....

Posate en mis dedos
cúbrelos de sal y smog matutino
no te vayas si de casualidad me muevo
y se cubre mi espalda con la sombra cegadora
no abriré las ventanas
para que huyas y encuentres siluetas más reales
dramáticas
inefables
vuela más de cerca

acércate, muerte voladora
arrójate desde el techo
aplástame con esa noble tibieza
que sólo tus brazos, tus miles de brazos pueden dar.
quita la sábana, la cobija, el suelo,
explota todo, rómpelo todo
a mi, a ti
a los poemas
la suerte de estar tan cerca
y la clausura de tus besos

cae, cae, siempre cae
desde el techo en mi seno izquierdo
quedate ahí
como una marca de muerte o de vida en una sola boca
como un lunar de agua
casi como buscando un sitio donde no me haya desnudado
donde ni tu ni yo estemos y nos hagamos tanta falta
nos hagamos siempre
en todos

Yorela B.

martes, 13 de abril de 2010

Con cada palabra que no mencionaste a mi oído virgen
surgen los cielos rasos
los pies que sacude el asfalto
el transporte público que ya casi no recuerdo
Quisiera poder encontrar la mano que me empuje
me sacuda
y me lance al solitario encuentro contigo
con tus brazos tan ocultos
cada verso que no te dije mientras tú, ausente, te mirabas en el reflejo de otras personas
mientras tú recordabas aquél primer momento brusco de los cuerpos gélidos
cada dedo que posé, trémula, sobre tus hombros redondos
y que me dejaban en espera del beso más insípido, escrespado por tu rutina de besos repartidos
entre los individuos más ecuánimes, más rotos por tus mandíbulas
algunos sólo heridos, hendidos, cuarteados por tus dedos de arena
caliente y húmeda
como lluvia de verano
Aquél silencio que te has guardado para mí, entre tu sonrisa de muros blancos, tu gemido vuelto
humo de cigarro
acumulando todo en el techo
pintándolo todo entre mi boca abierta
esperando, ingenua, tragármelo todo
todo y el cuarto
todo y tus pies
tus senos que no logro ver
por mi vista cansada
de tanto esperar
talones de piedras tras tus pasos cortos
de bailarina brutal
de espaldas con redes
vuelve para complacerte
un rato más
urde nuestro tiempo
y si es necesario (sí, necesario)
urde también
con los dedos de todos
los tuyos primero,
los míos... por supuesto,
nuestras piernas también...
Yorela B.

viernes, 2 de abril de 2010

Abril

Te has comido toda la sombra que me quedaba entre los dedos


también cada uno de los gritos que empuñaste en mi espalda


en mis hombros


en mis piernas que estaban siendo invadidas por moscas y hormigas y puntos que salían de tu boca


de tus dedos igualmente invadidos


debemos volver a guardar el silencio entre las cobijas


chocar las cabezas torpemente, gimotear como única melodía de la tarde con sueño (yo y mi sueño, tú estabas soñando)
Por fin yo, soñando con tu piel llena de letras antiguas, pesadas
con olor a tiempo y moho,
voy soplando, voy mordiendo todas

una por una hasta dejarte dormido

muerto a ratos
Muerta todo el tiempo a tu lado,
con tus ojos en mis manos
besándolos, haciendo que éstos cayeran por mi vientre
para esperarte en el rincón de mi cuarto
ése donde siempre hay agua y mi piel, ya no parece tan real, es como el muro
y tu lo abrazas y lo arrancas de cuajo
me lanzas por la ventana ¡vete, mi avecita, nubecita negra!
te amo, siempre, siempre...
Yorela B.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Azotea

Voy mordiendo el pasto, la tierra que se queda en mis muelas
voy absorbiendo el hedor de la gente
arrancándoles las palabras
la risa de ella
la voz de él
el silencio de los cuellos al aire, al sol
las miles de banquetas calientes y atropelladas
cunas de mierda y vagabundos
quisiera subirme a las nubes
o por lo menos al techo de mi casa
e invitar a todos a hacer lo mismo
contarnos historias de sal y sangre
quiero después, absurdamente
caminar por las calles
pergarme a los muros, a las ventanas
como una mosca terca, desesperada
debo huir de mi propio suicidio
debo dejar de morderme las uñas
chuparme los dedos
oler el suave aroma del cabello de las colegialas
dejar de mandar besos a los viejos sin esperanzas
abrazar a mi madre aunque su cuerpo este lleno de púas
hacer ejercicio y llorar menos
leer sobre las monarquías
menos silencio y más orales
más besos y menos flores con raíces
la vida está muerta por fin
el sueño inagotable
y todos
aquí arriba
queremos saltar de nuestros techos
nomas para ver qué pasa...
Yorela B.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Fragmento Nina.

La noche en el cuarto había transcurrido (quizás no) lenta y dolorosa (quiero decir que quizás no transcurrió). Como una especie de ósmosis, se dijo Nina intentando ser escuchada por los muros y la ventana abierta por donde todos los ruidos o mosquitos entraban y huían.

Y el humo de cigarro le escurría en los ojos, como si lo único que hiciera dentro del cuarto fuera absorberle las… “Por que no puede el cuarto absorberme a mí, llevarse todas estas palpitaciones y esta hambre”…palabras inconexas y darle palmaditas en la espalda para que resistiera. ¿A qué? Se decía Nina mientras habría la puerta del baño, la rendijita que le dejaba ver en inodoro iluminado por la luna, o el farol de la calle que por fin encendía después de pasar tantas noches a oscuras en la calle con Rulo y tocar su nuca y decirle que su pito jamás estaría duro, y que por eso le gustaba estar con él, que no le daba miedo aquella rudeza, aquél sonido eufórico.

Y Rulo casi alegre se deja acariciar buscando alguna pulsión en su boca, buscando mi falda, buscando con el dedo aquél tic tac palpitante entre mis piernas. Ya no más… Ya no más por hoy. Ésta noche se va quedando ajena y no sé dónde estás, ni tú sabes y quizás no te importa o te importa demasiado y lloras como ese día que te dije que nunca seríamos los amantes perfectos y tu estabas tan mareado entre todo ese olor de whisky y mi voz ahogada y atorada que suena como de gallina, tú con tu voz de cigarro y tus manos tan sucias, ¡tan tremendamente sucias entre mis piernas! Me gritabas, me escupías tu miedo y me arrancaste la blusa y yo gritaba pidiéndole auxilio a las nubes nocturnas, auxilio a mi más profunda respuesta ciega de tus peticiones más oscuras.



Las más oscuras...



Fragmento de "Nina"

Yorela B.

lunes, 15 de marzo de 2010

augurio

Y entonces todos arrojamos tazas de café y escupimos al pasto infeliz
todos compramos comida y deshechamos furiosos al inodoro el resto del día
Entonces todos sentimos hormigas recorriendo nuestro cuerpo (en especial el pecho) cuando miramos el cielo raso
cuando escuchamos un ave gritando vida
un silbido de niños corriendo
todos mojamos la punta de nuestro dedo y la introducimos bien
al fondo de nuestro tiempo malgastado
vemos caer leones
gatos
cabezas
coágulos de pintura por la ventana
iluminando
entumeciendo las calles
los árboles
las voces roncas de sol y agua electrificada
Entonces quisimos caer también
nos preguntamos cuántos dedos tenemos
dentro de una cúpula de incienso y cantos que resuenan como ecos en nuestros pechos
mientras todo sigue cayendo en nuestras bocas nuestros hombros atisbados de desconocidos casuales..
después de todo y nada dicho y ya escrito
todo ya es una plastita de arte y mierda
respiración
silencios
espamos y espacios absolutos
y tiempo que se nos reparte embadurnando las manos
comamos
no muy rápido, ni muy solemne
sólo lo necesario
para guardar el secreto entre las muelas...


Yorela B.

viernes, 12 de marzo de 2010

¿Librarme de ti?
especular en tus ojos de piedra
infames
gastados
pintados de muerte marítima
muerte con niebla
silencio sucio del mundo en las orejas
Arranco tu piel de mi piel, casi previniendo el futuro
esperar el fin sin ver el principio
provocados por tus puños de papel
la delgada línea de tu cintura imaginaria
alterada por mi primer encuentro con tu imagen
tan de sal y agua en un trago de golpe, y buenas noches, ¡cierro el mundo!
tu imagen tan risible , amorosa
mórbidamente amorosa

Nos quedamos a enterrar nuestros muertos más preciados
nos quedamos a golpearnos la cara con besos despilfarrados
a vaciarnos las caras en las piernas, doblarlas, conseguir una nueva y pegarla a la cabeza
Seguir añorando tus ojos de piedra pintada falsamente de índigo,
no te rompas
no te desnudes
no me quites el misterio de las manchas que me ciegan
calla un momento y vete a la sombra
donde nadie
ni yo
pueda verte



Yorela B. 12-03-10


jueves, 4 de marzo de 2010

3:32

Estoy aquí entre nueva sombra nocturna
en esta caja que huele a saliva y piel recién bañada.
Me he quitado la bufanda para cubrirme la cara
de tus imágenes y a pesar de la penumbra del sitio
de los sonidos
y la agitación mental
desearía que hubiesen mucha más oscuridad en éste preciso momento.
Me he soltado el cabello (casi como nos gusta morir) dejándolo caer de golpe
como si así pudiese sacarme de la parietal tu risa disminuida, casi un eco dulce
Ahora mismo aprieto los muslos
y estrujo mis piernas contra mi pecho
mi forma fetal
como si la caja estuviese quitándome el espacio
como si todas nuestras palabras regresaran desde muy lejos
para picarme las costillas
la nuca (¡Y saltar!)
apretando contra la esquina, emparedando
casi extasiada del recuerdo
de las manos
de tus labios gruesos cubriendo mi silencio
tapándolo bien
cuidándome de cosas que no existen
sentía crujir mis huesos
sentía tus brazos suaves y pesados
tu respiración a punto de colapsar en un zumbido

la mía contenida
esperando a que mi mandíbula cayera al suelo y escucharas un hueco "Te amo"
al buscar tu lengua
al buscar tu mano
tus suaves manos en mis senos
rompiéndolos con la delicadeza de un crío mamando
buscando algún final
que lo deje más extasiado que la leche materna
El sueño va a triturar mi recuerdo
dejando mis tibios labios en tu cuello
chillando, suspirando
¡no! más bien gritando
¡Abre la maldita caja,llévame
y rompe de nuevo mis costillas!

sábado, 20 de febrero de 2010

Hoy debe llover.




Seguramente es el ocaso o
Mi cabello aún adherido a la almohada…
Pero…
Estaba pensando en una hoja cubierta de tinta, un suburbio inundado
de vida
Estaba pensando en salir a pisar las mismas calles
Y redoblar a la izquierda para comprar espejos,
Tiempo,
Gente
, que la lluvia salpicara mis anteojos
Que la ciudad me invadiera de peste y retumbos
Que la monotonía de vivir al mismo tiempo de morir,
Remozara en un zumbido agudo
Que me dejase tirada en las banquetas, suave, feliz… convencida
Y que los zapatos de la gente se lo llevasen todo
Las niñitas me sembraran flores
Los perros me bendijesen con sus orines
Que los autos, así como lo hombres, me llevaran a ningún lugar.
Ojalá las piedras rompan mis ventanas y que
Una multitud atisbe por las cerraduras; desesperados, hambrientos de verme caer por las escaleras, romperme el motivo de seguir adherida a la almohada.
Debería hacerlo
Arrojarme un día en la avenida
Detener los autos, soldados, niñas violentas
Detener sus lenguas
Sus cuerpos sudorosos
Vengarme de la nada.
Elaborar la explosión de mis sienes y dejarme escurrir en sus pies
Que me relaman, que me escupan en los sumideros, que sigan el juego de volver a nacer en el día o la noche… Algún momento efímero de sus vidas, algún choque local, un silencio en sus bocas chuecas y mi risa entonada desde la coladera.







Yorela B.

sábado, 13 de febrero de 2010

Jo`



Sólo hoy por que mañana me voy fugando a las calles...
Me voy resbalando de tu poco tiempo
de tu descenso, de mis rayoneos en tu piel
Voy cayendo de tu pelo que huele a papel quemado.
Me voy sintiendo cada vez más destazada
por tu risa
cada vez más añeja al momento.
El pequeño cuerpo, la manecilla rota, el último tango mal bailado.

...
No podía resistir
cada brisa tuya
No quería mirar a mi lado
y darme cuenta que tu hombro estaba ahí sin serlo.
Me estaba ahogando en el esmog de tu boca
Tachando cada nuevo día que no te tocaba.
Arañando la envidia
Lamiendo las heridas como una puta enamorada.
No estaba siendo yo.
Estaba siendo tú.
Me salía de tus lágrimas, de tu tibia saliva madura, de mi recuerdo de primer día, del amor de tu mujer, del patio regado de mi inocencia.

Tercera resignación. La sangre tan cobarde y sin aliento.
¿Cuánto tiempo me lo dijiste al oído? ¿Por qué no pude despertar?
¿Por qué no vienes a despertarme ahora que quiero?




Nunca lo hagas.

Yorela B.