La calle luce anaranjada
los perros se notan cansados, viejos y cubiertos de sarna
Mi espalda está abierta y en ella se han clavado agujas en los pulmones
su alma se ha enterrado dentro de mi médula, me absorbe la vida y la visión
Y aunque yo quise en mi paladar saborear sus dedos hasta la náusea, me ha vencido su sabor de dama copulando con árboles y lombrices...
Mujer que te has vuelto una masa tibia, una raíz que se pudre con la tierra de tu hombre
ojalá que el día me evapore a tu boca.
Yorela B.
17-09-010
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