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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Frío de Luna

Me has sujetado del cuello como un cachorro perdido

me has ilusionado con efusivo amor

me besaste el sueño y despertaste el agua encandilada

Calmaste efluvio doloroso y me lanzaste a luchar contra el sol y la calle

Con dientes inmersos en el cuello de la suciedad

me arrojaste para colmarme de ideas nuevas, dóciles caricias

Pero ahora como insulsa guerrera

Acaricio el dolor de los meses

Al darme cuenta que sin tu dulce penumbra

el corazón se me desflora solemnemente

Como indiferente marcial

me miraste como se mira al suelo frío de Luna

Enternecido pero con altruismo

Sobaste mi rostro herido de lágrimas y lo llenaste de labios puros que aún juraban amor

Yo creyente de tan sutil dogma, me arrojé aquella imagen gloriosa que anhelaba

Aquél espacio fútil de la monotonía, aprendió a morir entre las almohadas y las sábanas

Y bien sabiendo que tu corazón era tan impío de la vida

Tan desesperante de tu tiempo

Amé tu susto de muerte

Y desde entonces, sueño de amor

Juro aguardar a cada latido

Antes de que la bruma le atenúe el

Y se agote esa árida belleza de tu corazón

Yorela B.

viernes, 3 de junio de 2011

¡Fuego!

¿Dónde podré llevarte, ahora que estás tan limpia e iluminada?
¡Te abrazaste tanto a la tierra, te comiste tantos árboles y caracoles...! Ya no podré rescatarte, libaste del amor, fruto viscoso y caliente.

Qué desvarío imaginar que atesté en tu laguna y que gritamos tu nombre
conducimos tu mano como ave cansada para volverla metal en su fragua, ser errante
que caía en el vientre materno, para penetrar en el desierto hendido de tus piernas

Tenías todas las noches, todas las lunas en la garganta
tenías todas las rocas en los senos y toda la muerte en la espalda densa...
¿Dónde podré soltarte?
La calle debe mirarte, el lodo debe absorberte y el Sol agradecerle a tus pies naranjas como vírgenes durmiendo

Cuando te lances a un cielo raso, procura mancharle, ensuciarlo con tu piel ígnea, maravillosamente efímera y así, devora cuanta ave y polvo y corazón te permita tu sangre.
Aquí espero, debajo de esta sombra de casas y perros
bajo esta suave quemadura de ciudad
a un beso que baje y arranque finalmente
pesadumbre de vida y risas de sal...

Yorela B.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Yo te pregunto a ti, sangre taciturna

¿cuánto por tres cabezas morenas que yacen en la tierra húmeda?
¿Cuánto por esos hombres que de sus uñas nace el lodo y la flor?
Niñas que caen de las ramas de los árboles, sexo urdido a la raíz.
Todos gritan tus voces, pueblo, todo hombre y dama con láminas blancas
láminas rojas
y tú agachando la sombra, sin darte cuenta de cañones y marchas
recojes granos y sueño
No importa, ya
cuánta voz si tu triunfo sigue siendo trabajar con el Sol que quema la nuca
si el sudor te baña para refrescar tu callada garganta

Tortilla de centeno que se hace bola al tragar
curtida mano que alcanza el totol.
!Qué negras piedras que son tus mujeres, tierra de bronce y lágrimas quedas!
No hay más hambre en esos reclamos
sindicatos rojos
Hombres que se dejan la barba larga y abandonan el sofá
para hacer el amor en petate

Si la lluvia lavara el semblante perdido
el hambre de gusanos
y la madre morena
¿Cuántas flores abiertas y cuántos Toños, Rogelios y Margaritas?

Se caen las montañas en manos amargas
hambrunas que caen al musgo quebrado
desnudos pies rotos
desnudo y seco el seno de su pueblo
alimentará dos veces más a sus cosechas.

Yorela B

miércoles, 11 de mayo de 2011





¡Qué caricias más eternas, qué caliente el aura que nos rodea esta noche!
aunque lejos los cuerpos, sudan el alma y el viejo tango atorado en tu cabello de nube y escarcha
No lloréis más por el seno de vuestra madre, que aquí está la niña para curar sangre fría y azulada. Cuando despiertes, blancura en tu frente encontrarás y Soledad
será dulce ofensa de esta hermandad de sábanas
que cantan el escampe de un añejo atardecer


Yorela B.

domingo, 8 de mayo de 2011


Cuando corres a la esquina de la noche y yo te alcanzo, abierta y asfixiada por tus venenos
temo caer y olvidar la carne, olvido el yugo de las calles rotas

¡Poco falta para que se cierren los labios y la piel se quede flotando de hoja desprendida!


Digo que tu rostro debe suspenderse ante tal atardecer de los labios
debe enterrarse en el seno de la Luna
Dame una gota rosada de su leche
Regresa inmune a la noche canta sueños a la sombra de mis hombros necios
Brevedad de tu cuerpo, abandonemos esta caricia en otras partes.
comencemos junto con el viento que quiere llorarle a la noche
yace el miedo,
yace la lengua en la humedad de la otra


Yorela B.












martes, 3 de mayo de 2011

Bruma

Una ola de consuelos
caen por mi brazo tierno de sol

Igual que tus manos
bajando
buscando no se qué cosa
qué pensamientos de los ebrios enamorados

Es mentira, piedrecilla dulce, caparazón roto
que el hambre me ha robado los besos
las manos que eligen acariciar la frente de sol
en vez del cráter blanco que es tu panza
Hoy te he hallado en la noche de mi calma consumida
atado y frío a la esquina de una ventana
atacado por tu sombra egoísta de abrazos

¡Incurable delirio en mi pecho!

henchido de rojas prisiones
amaneceres en mis labios cada que repito tu nombre
el que me ha amaestrado
a fuerza de lluvia y hierba quebrada
Tu boca, cuna de Lunas que te han visto llorar
debe cerrarse ante el encuentro de mis dedos con tu lengua falaz

pequeña creación al choque de los dientes
pedazos de cal que caen en tu pecho
arden los sueños amorosos, las palabras cantoras
cortadas por violentos empujones

Riega la espuma en la silueta oscura y abierta
la falange humedecida por tus labios, a la espera del aniquilamiento,
bomba H y M
Bruma al último suspiro, breves manos que me cubren el seno...


Yorela B.

viernes, 8 de abril de 2011

tragábamos los hombres

Dame de beber
Esto no es un juego
por que vi cómo tus ojos se perdían como estepa
Por que
cada que guardaba el hambre
entre tus labios leñosos
caía agua de Luna espesa y diamantina.

Escuché cómo me buscabas a gritos
estando yo a tu lado
decías "Tempestad" y cerrabas los ojos.


Te llenaste de luces
como escudo heráldico
sin sentido
y temblando de sangre
te levantaste ardiendo
Me tomaste la cara hundida en el Sol
para lamerme las últimas gotas
para callarme de miedo.

cambié mi aliento por la neblina
que sale de tu casa
fresco aroma de un crío que llora

galopan las sombras
furiosas
llanto de garras
llega a empujarnos con sangre de rosa

animal asustado
animal ovulando
nos muerde al fin los hombros
nos come la cara con hambre de calle

¿Cómo del río nocturno pasamos al mar caliente y azorado?

Tragábamos los hombres
Y estaba el ansia y el amor
secreto en tu boca y tus ojos
Y en tus brazos
estaba el nombre de miles de calles
mujeres y mares
En tu estar, mi cara enterrada en tu cuello
hurgando quién sabe cuántos celos
quién sabe cuántos llantos

quién sabe cuántas lunas desde que el amor se hizo estela
y lo bebimos del piso
y hoy lo recogemos riendo-llorando
llenándonos de babas los dedos
adhiriendo el alma a las manos
el aroma del cabello
el sonido de frenesí
dejemos que cubra la última ternura de nuestros años



Yorela B.



sábado, 12 de marzo de 2011

Y de tu paso cae la noche en cada rastro que dejas
rojo de hambre caes también sobre mis ojos
aquí viene el viento con sus delicados y tibios aires sureños
hay una sola sangre
un arrepentimiento y un dolor en la costilla
esputo
negrura de árbol nocturno
siento tu boca como una rosa aplastada en la avenida

Me parece que estoy frente a un campo nuboso al mirarte
no sólo por tu cabello
que es nube ensortijada y lluviosa
si no, por que en tu sienes recae el maravilloso abismo de plenitud
el más tedioso y profundo sentir de los enamorados
espejos que se quedan atiborrados de silencio y de labios

Hoy voy a cantar a tu regreso
estás aquí volando y sujetando moroso mis hombros
que casi puedo creer que el mundo se sienta a mirarnos

Ya te vas, pero te vas entre mis escombros
entre mis lunares
y la mañana que nos espera
Ya te vas y caer nos viene bien
en la sombra
en el recuerdo a medias
...


Yorela B.













domingo, 6 de febrero de 2011

Ultimátum

Hoy, una nube te cubría el pelo. Te arrancó del suelo para que yo te mirara más soberbio y transparente. Así, aunque el instante se desvaneció ante los ojos, la carne que temblaba violenta de sangre emergió de mí y se hizo una danza de hojas muertas de tristeza, se levantaron los autos y las faldas risueñas de las niñas
Tal cual como tu risa, mi pecho se erguía ante el milagro de volar entre tu cuerpo, de romper con un aleteo continuo, los efluvios de mi dolor. Encantada ante la amable tesura que subía por mis brazos, me dejé llevar por las manos que caían de tu enmohecido cuerpo.
Vi, cautivada cómo mi alma y mi sueño copulaban al mismo tiempo que tu boca azur llenaba el abismo pálido de mis noches. La carne se abandona para volverse el fraguado inmerso en la última caricia de la tarde, la esquina de la calle que nos mira. El delicioso momento que nos queda, es para caer de nuevo al suelo y borrarte el sol de los ojos, pintarte una luna y dejarte caer en mi pecho para que lo alumbres con tus besos

Cuando la noche fría nos obligue a dormir entre el fresco aliento de las hierbas
reposaremos nuestras piernas cubiertas de sombras
la abertura de los labios es infinita
déjate arrancar las pupilas claras
Quiero tragar la pena que te herrumbra, que calcina los recuerdos que te bebiste
Tu espalda como última alternativa de vuelo y tu tibieza que creías guardar
bajo el abrazo que te dio la soledad
Ahora quemada me encuentro ya, con la boca abierta cubierta de un brillo espeso
A pesar de la penumbra que nos invade eternamente
las manos que me has dado las he guardado para la caricia nimia bajo las sábanas
Donde solo yo podré saber el secreto de tu aroma
de tu lengua de fruta
de tu beso en la frente

Y hoy que me quedas en las manos, dormido y cansado
como si la ruta de mi cuerpo te sedara


Me quiero quedar con tu muerte
Yorela B.

viernes, 28 de enero de 2011

Viernes Rojo

A las calles le salieron ojos, espiaron nuestro paso cansado,
se llevaron las caricias que aún guardábamos
nos enlodaron los zapatos,la boca, la frente...
Caímos y rodamos

Rodé a la avenida entre danzas de botas y basura

Ese suave pesar de los ojos que se escurren y quedan en el regazo
aguantando una tarde de
flores blancas que se cierran indignadas
lugares de perros ciegos que beben la tierra
Beso unido a la cemento
boca grande que roba el bocado
dedos que ansían la noche que invada sudor




Sólo quedó una adorable sombra impertinente
Era la mía
como la de pocos
boquiabierta y con los pies en espera
Hubo también una sombra que huyó bajo mi blusa
!Pero le cubrí bien!
la escondí de toda Luna y toda ansiedad
Preferible no mirar
la profundidad de la carne
Preferible no discernir entre lo cotidiano y lo bello
Quedarse enlodado y hundirse en la noche
entre la sal y el viernes rojo que nos pintamos entre el cuello y el yugo

Yorela B.

martes, 11 de enero de 2011

El Salvador.

A dónde irás después de vivir tanto rato engullido en esta ciudad de pájaros grises y feos?

Ciego-por fin- ante la cara que te da la calle tan rota como tú la conocías, tú las recorrías con tus venas grosísimas y con la cabeza de mástil,

¿La has amado ya? ¿Le has servido el más delicioso plato de tus antiguos desamores?

Ella seguro deberá repetir a cada instante tus palabras para cosecharlas en el entierro de tu cuello, alegre murmurará a la tierra palabras de niños que se hacen los sordos, besará cada rincón de su cuerpo para recordar la antigua melodía de la noche. Ella va a caerse del suelo antes de darse cuenta que tú te has ido al recóndito mar de tus ilusiones

La delicada desnudez de tu cráneo, tus manos que son corazones palpitantes ante el encuentro de su pequeño seno de madera, La risa que te daba risa, las lágrimas cómo un rico pastel, ya sabes, para chupetearse los dedos… La noche es la que te encuentra, pasos disonantes de guerra que se escuchan a lo lejos, la marea se lleva su boca, se lleva sus dientes con trozos de luna…A por ella, que la penumbra la puede cubrir sin darse cuenta

¡Nada, amor! nada para llevarla contigo, sécala con el vaho de tu cansada boca y no renuncies ante el último suspiro que los acecha… acaben todo para el próximo Noviembre

Lo sabes

Llévala atada a tu sien, y no sueltes nunca la mano que se entierra.

Yorela. B

11-01-11

jueves, 6 de enero de 2011

Te pido que recojas tus brazos antes de que empiece otra de mis fruslerías

Harta debes estar de comer la misma migaja de pan,

Sorber y sorber los mismos rocíos de planta

Aquella que has dejado marchita

Por que no te quedaba de otra

Por que te había pedido con el alma en las muelas

Que te quedaras para brindarte mi voz y mis lápices.

¿Debería obsequiarte una última palabra para que me devolvieras el beso pegado?

¡Yo qué sé!

Sólo veo, mareada, cómo abres y cierras la puerta incontables veces por que te gusta quedarte viendo la ventana desde la puerta

Y haces una expresión que escondes en las axilas

Una expresión de brazos que quieren correr a abrazar la despedida

Y jamás volver

Hasta cuando sea hora de la siesta

y tengas pena de ver mis ojos inundados de sal de mesa

No te culpo por la muerte del gato

Ni por que el silencio ya no te cupiera en la boca

O por que mis besos no supieran a lo que tú buscabas

Haces bien en huir de esta casa de locos que son mis brazos

Tu vestido vuela junto con tus pasos altivos y veloces

Desde la ventana

Te sigo la piel, el brillo de la calle entre tus piernas

Aquí me quedo

de aquí me agarro

Enfriándome de nuevo

junto con la Luna…

domingo, 2 de enero de 2011

Suspensión de la noche

Aquella integridad tan tuya y líquida que entra por mis orificios nasales
inmunidad que me crea
soledad que me desviste
Huiste por mis ojos para escapar en un halo que escupió la luna
hacia el ombligo como si se tratara de una inmaculada estigma
Hórrido ante los ojos que te atrapaban contra el pecho de mis noches...
¡cuánta calma nos hace falta!
¡Cuánta noche me calla, cuál gélidas e inmóviles las sábanas que nos asechan!
Ansío colmarte, encontrarte en un suspiro
donde tú y yo sepamos que el definitivo nunca llega,
¡Nunca tiene tiempo para nuestras exhalaciones!
Amanecer en carne y con promesa de vida infinita
infinita que calme sueño de sangre y muerte.

Yorela. B