Te pido que recojas tus brazos antes de que empiece otra de mis fruslerías
Harta debes estar de comer la misma migaja de pan,
Sorber y sorber los mismos rocíos de planta
Aquella que has dejado marchita
Por que no te quedaba de otra
Por que te había pedido con el alma en las muelas
Que te quedaras para brindarte mi voz y mis lápices.
¿Debería obsequiarte una última palabra para que me devolvieras el beso pegado?
¡Yo qué sé!
Sólo veo, mareada, cómo abres y cierras la puerta incontables veces por que te gusta quedarte viendo la ventana desde la puerta
Y haces una expresión que escondes en las axilas
Una expresión de brazos que quieren correr a abrazar la despedida
Y jamás volver
Hasta cuando sea hora de la siesta
y tengas pena de ver mis ojos inundados de sal de mesa
No te culpo por la muerte del gato
Ni por que el silencio ya no te cupiera en la boca
O por que mis besos no supieran a lo que tú buscabas
Haces bien en huir de esta casa de locos que son mis brazos
Tu vestido vuela junto con tus pasos altivos y veloces
Desde la ventana
Te sigo la piel, el brillo de la calle entre tus piernas
Aquí me quedo
de aquí me agarro
Enfriándome de nuevo
junto con la Luna…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Sufrió una pulsión?