La noche en el cuarto había transcurrido (quizás no) lenta y dolorosa (quiero decir que quizás no transcurrió). Como una especie de ósmosis, se dijo Nina intentando ser escuchada por los muros y la ventana abierta por donde todos los ruidos o mosquitos entraban y huían.
Y el humo de cigarro le escurría en los ojos, como si lo único que hiciera dentro del cuarto fuera absorberle las… “Por que no puede el cuarto absorberme a mí, llevarse todas estas palpitaciones y esta hambre”…palabras inconexas y darle palmaditas en la espalda para que resistiera. ¿A qué? Se decía Nina mientras habría la puerta del baño, la rendijita que le dejaba ver en inodoro iluminado por la luna, o el farol de la calle que por fin encendía después de pasar tantas noches a oscuras en la calle con Rulo y tocar su nuca y decirle que su pito jamás estaría duro, y que por eso le gustaba estar con él, que no le daba miedo aquella rudeza, aquél sonido eufórico.
Y Rulo casi alegre se deja acariciar buscando alguna pulsión en su boca, buscando mi falda, buscando con el dedo aquél tic tac palpitante entre mis piernas. Ya no más… Ya no más por hoy. Ésta noche se va quedando ajena y no sé dónde estás, ni tú sabes y quizás no te importa o te importa demasiado y lloras como ese día que te dije que nunca seríamos los amantes perfectos y tu estabas tan mareado entre todo ese olor de whisky y mi voz ahogada y atorada que suena como de gallina, tú con tu voz de cigarro y tus manos tan sucias, ¡tan tremendamente sucias entre mis piernas! Me gritabas, me escupías tu miedo y me arrancaste la blusa y yo gritaba pidiéndole auxilio a las nubes nocturnas, auxilio a mi más profunda respuesta ciega de tus peticiones más oscuras.
Las más oscuras...
Fragmento de "Nina"
Yorela B.
slo porque tienes muchisima influencia en mi te paso lo que queda de nina... ( disfrutalo en estos dias)
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