Mientras la dulce embriaguez me invadía
tu recuerdo se hacía cada vez más amable
recordé la risa y los apretones de mano
los labios a punto del encuentro postergado
Hoy me disculpo por los llantos
la irremediable desolación
la innecesaria desilusión
y me remito sólo a tu cálida mano
que en algún momento
acarició mi amor desenfadado.
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