¿Qué ha quedado de estos sorbos de alegoría?
¿Cómo de éste hermoso vértigo nos caímos al eco de mi garganta?
Ya he sentido entre mis falanges nerviosas tu corazón derramado y tremendo
¡Qué hambrientos esos días!
¡Qué sucios estábamos y qué necios éramos...!
Aún recuerdo avenidas, aires que escupían flores, pupilas que mostraban cielos oscuros
los cielos más hermosos y derramados sobre tu rostro desnudo
Esta imagen tan inmersa en mi pecho enlutado
se esconde entre las sombras asustadas de mi habitación
se recoge entre las sábanas y se cubre de cabellos enredados en mi nuca
Sin tregua se abaten en mi cuerpo los delirios del desencanto
azotan mis órganos y mi esencia se diluye entre mi decadente columna
¡Neblina en mis ojos!
¿Cuánto más sujetarán mis piernas esta condena infructuosa?
Que el caudaloso aroma dulce pronto vuelva a bañar mis pulmones
y que la sentencia no me aleje de ésta hermosa llama que se me presumía eterna
Yorela B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Sufrió una pulsión?