Me has sujetado del cuello como un cachorro perdido
me has ilusionado con efusivo amor
me besaste el sueño y despertaste el agua encandilada
Calmaste efluvio doloroso y me lanzaste a luchar contra el sol y la calle
Con dientes inmersos en el cuello de la suciedad
me arrojaste para colmarme de ideas nuevas, dóciles caricias
Pero ahora como insulsa guerrera
Acaricio el dolor de los meses
Al darme cuenta que sin tu dulce penumbra
el corazón se me desflora solemnemente
Como indiferente marcial
me miraste como se mira al suelo frío de Luna
Enternecido pero con altruismo
Sobaste mi rostro herido de lágrimas y lo llenaste de labios puros que aún juraban amor
Yo creyente de tan sutil dogma, me arrojé aquella imagen gloriosa que anhelaba
Aquél espacio fútil de la monotonía, aprendió a morir entre las almohadas y las sábanas
Y bien sabiendo que tu corazón era tan impío de la vida
Tan desesperante de tu tiempo
Amé tu susto de muerte
Y desde entonces, sueño de amor
Juro aguardar a cada latido
Antes de que la bruma le atenúe el
Y se agote esa árida belleza de tu corazón
Yorela B.